¡Mi primer fin de semana en Colorado!


¡¡¡¡¡Hola!!!!! Sé que llevo mucho retraso con los sucesos de mi vida, pero hago lo que puedo :( La verdad es que no tengo nada de tiempo, y cuando tengo tiempo, estoy demasiado cansada como para escribir. 

Hoy os vengo a hablar de el increíble fin de semana que viví hace dos semanas. Mi host family me llevó a nada más ni nada menos que Denver, Colorado.

para que os hagáis a la idea de como está de lejos de Idaho
Mi familia me había comprado el billete de avión incluso antes de que llegara a USA, de hecho me explicaron el plan con detalle por Skype como un mes antes de que viniera. Son geniales, en serio.

El caso, llegué el viernes a las 3 de la tarde de mi backpacking trip con el instituto (lo que os comenté en mi entrada sobre mi destino, tengo que escribir sobre ello porque fue increíble) y me di la ducha MÁS  LARGA DE MI VIDA. Después descansé comiendo uvas y cantaloupe, un melón que tienen aquí de color anaranjado, y viendo American Horror Story.
muymuymuy bueno
Cuando llegó mi host dad del trabajo, Brian, cenamos juntos una lasaña buenísima que unos vecinos de origen italiano nos regalaron y ensalada. Después subí a mi cuarto y me hice la maleta en plan deprisa y corriendo, metiendo lo primero que pillé porque estaba demasiado cansada como para pensar -literal. 

Cuando me metí en la cama no me lo creía, después de 2 noches durmiendo en una tienda de campaña llena de barro en medio del monte a literalmente TEMPERATURAS BAJO CERO (menos de 30 degrees según los americanos). 
ya os contaré...
Fue una noche muy feliz para mí, os lo aseguro. Brian me despertó a las 5 creo recordar para ir al aeropuerto con tiempo. Nuestro plan era pasar los controles y facturar rápido para tener tiempo de sobra para tomar algo de desayuno. Nuestro plan se fue al traste: delante de nosotros para facturar había una cola FLIPANTE de militares que estaban haciendo el papeleo para transportar sus pistolas o metralletas o lo que fueran -que iban en unos maletines gigantes- y se nos hicieron las 1000. No pudimos desayunar y para colmo llegamos justitos a la puerta de embarque a pesar de que habíamos ido al aeropuerto con muchísimo tiempo de antelación. 

El vuelo fue corto, sólo 1.30h, cómodo y con vistas increíbles por la ventanilla de las montañas. Me quedé bastante dormida, lo admito.

Llegamos y literalmente Brian y yo nos estábamos muriendo de hambre. Nuestras tripas rugían de una manera espectacular. Kelly y mi host grandma, Monica, nos esperaban a la salida. El aeropuerto de Denver está muy, pero que muy lejos del resto de Denver, así que nos costó como 40 mins llegar a alguna parte. Fuimos directos a un restaurante muy muy famoso en Colorado, el Elway's. El motivo por el que es tan famoso es porque el dueño es John Elway, el pasado quarterback de los Denver Broncos -uno de los mejores equipos de la liga de fútbol americano que tiene una gran afición. John Elway es una persona muy querida por la gente de Colorado, y desde luego hizo una buena inversión con su restaurante, porque todo estaba riquísimo y estaba lleno de gente. 

Antes de entrar a comer dimos un paseo por el Farmer's Market hasta que llegara el padre de Kelly con Madeline y un amigo de la familia, John. Un Farmer's Market es básicamente un mercadillo donde empresas pequeñas o granjeros venden sus productos. Lo mejor es que había muchas muestras y Brian y yo pudimos comer algo finalmente. Además en Colorado tienen muy, muy buena fruta. Vamos, que me puse morada.

En el restaurante me pedí una hamburguesa y, como suele pasar en este país, era enorme. Eso no fue un problema para mí, porque llevaba desde las 5 despierta con el estómago vacío y me estaba dando un yuyu. 

Después fuimos a casa de los padres de Kelly donde Madeline y yo íbamos a dormir ese fin de semana. Me enseñaron mi habitación (todo era ideal) y después me fui a dormir la siesta porque seguía agotada. 
Madeline
Después los padres de Kelly me llevaron a una tienda para comprarme una camiseta de los Broncos para el partido que íbamos a ir a ver al día siguiente. Me la compré de la sección de hombres porque todo lo de mujeres era horrible, la verdad. Y Monica, la madre de Kelly, me compró la sudadera oficial del equipo de recuerdo de Colorado. Yo estaba como, no, ya la pago yo, pero ella fue majísima y me dijo que no pasaba nada y que era para que recordara siempre ese viaje. 
probándose mi camiseta
Los abuelos, Madeline y yo cogimos el lightrail para ir del Littleton, el barrio en el que ellos viven a las afueras de Denver, al estadio de béisbol (sí, Monica y David nos llevaron a un partido de los Rockies, el equipo de Colorado). El lightrail es básicamente un tren pero por fuera, y está en ciudades como Chicago, Seattle o Denver. Es muy típico y Madeline estaba muy emocionada.
estación del lightrail


El campo era impresionante. Se veían las luces desde lejos. Os podría describir todo con detalle pero es que es imposible, las estatuas en la puerta del estadio como si fuera un palacio pero de béisbol, toda la gente pintada de morado y con camisetas y guantes... no es que fuera sólo un campo, es que el interior parecía un mini pueblo. Tenía cientos de restaurantes de comida rápida, una pequeña feria de juegos relacionados con el béisbol, un museo de fotos y copas de distintas generaciones de jugadores... Y, como no, la mascota, un dinosaurio morado, estaba en su puesto de honor bailando y una infinita cola de personas esperaba para hacerse una foto con él.
la mascota
yo :)

Lo mejor de todo es que  mis host grandparents no tenían entradas normales: tenían entradas VIP, pero VIP ultra premium, en serio. En primer lugar, fuimos a una especie de palco donde para entrar te ponían una pulsera que indicaba que eras espectador de honor. En segundo lugar, teníamos unas vistas perfectas al campo; en tercer lugar, nuestra mesa tenía una pequeña tablet adherida para que pudiéramos ampliar el juego por si no veíamos bien. Y, por último, teníamos bebidas gratis. Pero eso no es todo: por estar en nuestros sitios teníamos acceso al menú del restaurante especial de los Rockies. Pedimos no una, sino 2 tandas de nachos con guacamole -los mejores que he probado en mi vida- y luego yo me pedí un burrito. Todo buenísimo.




El béisbol en sí es un deporte bastante lento y no tiene mucha emoción, pero Madeline y yo nos lo pasamos en grande con nuestra cena y coloreando un dibujo de la mascota y animando como si fuéramos las fans número 1 de los Rockies cada vez que corrían por las bases -y cuando hacían un Home Run gritábamos hasta quedarnos afónicas. Eso sí, los comentadores saben como hacerlo todo más divertido: hicimos la ola muchas veces, ponían música y toda la afición cantaba a grito pelado y ponían imágenes de gente aleatoria en las pantallas gigantes y la reacción de estos al verse en la pantalla era graciosísima. 
Madeline y yo
Volvimos a coger el lightrail para volver a casa, y una vez allí nos fuimos a la cama de inmediato. Teníamos que estar descansadas para el día siguiente; íbamos a ir al partido de los Broncos, y eso es un evento agotador. 

Nos levantamos y desayunamos tostadas con queso fundido, fruta coloradiense y smoothie. Nos vestimos con nuestra ropa de los Broncos -la camiseta que me compré, los shorts que uso para Cross Country porque iba a ser un día muy muy caluroso, una gorra de los Broncos que me dio Monica para que no me diera una insolación y mucha, mucha crema solar. Brian y Kelly vinieron del hotel y se vistieron como nosotras, Brian emocionadísimo porque le APASIONA el fútbol americano y dándome consejos sobre cómo aprovechar al máximo el partido y diciéndome qué esperar una vez allí. 

Cogimos un autobús de Littleton al estadio. Brian me dijo que aparcar allí cuesta $40 o incluso más, y el autobús vale $7 para los adultos y $3 para menores de 21, así que cogimos el bus. 
downtown Denver
selfie familiar
Todo lo que Brian me había dicho era cierto pero no me esperaba las dimensiones en las que me encontré todo. Él me había dicho que todo el mundo se vestía con los colores -naranja y azul-, pero es que era exagerado: todo lo que podía ver era un mar naranja que iba hasta donde la mirada alcanzaba, en serio, impresionante. Brian me había dicho que la gente montaba tiendas de campaña en la entrada del campo y hacía barbacoas y fiestas antes y después del partido, pero es que parecía un camping de verdad. Algunas tiendas eran EXTREMADAMENTE grandes, llenas de gente con las caras pintadas -o incluso todo el cuerpo-, pompones naranjas y azules, collares y gafas del sol del equipo, tatuajes falsos con el logo del caballo... impresionante. Nos hicimos fotos y exploramos la zona durante un rato. Cuando nos encontrábamos con algunos de los organizadores del partido que iban por ahí charlando con la afición, Kelly les decía que yo había venido de España de propio para el partido, y ellos se lo creían completamente -porque aquí se piensan que el fútbol americano es el centro del mundo y que retransmiten la liga en todos los países, y no es broma jajaja- y me regalaron cosas gratis y nos hicieron fotos delante del estadio a toda la familia. 
afición
Madeline haciéndose su dibujo




Entramos pronto al estadio porque cuesta lo suyo encontrar tu sección y después tus sitios de lo ultra masificado que está todo. Además, antes del juego hacen cosas guays que Brian quería que yo viera. Desde una parte del estadio se veía downtown Denver, con sus rascacielos. Kelly me señaló en cual solía vivir ella antes de conocer a Brian, poco después de terminar la universidad. También se veía el enorme parque de atracciones de Denver con sus 1000 montañas rusas y el acuario, y Kelly me dijo que podíamos ir a todas esas cosas en Navidad. 
múltiples pisos
más downtown Denver
Cuando encontramos nuestros sitios casi nos dio un yuyu del calor. Estábamos a casi 100ºC, que supongo que equivaldrá a 40 y algo grados centígrados, no estoy segura. Además el sol golpeaba directamente al estadio. Horrible. Pero aguantamos como campeonas. Brian y Madeline tenían sitios distintos, porque Kelly y yo usamos los sitios para los que mis host grandpas tienen bono. El acuerdo era que después de half-time nos intercambiaríamos los asientos para que yo pudiera probar las dos perspectivas.
salgo sonriendo pero me estaba muriendo por dentro porque el calor era excesivo


Antes del partido tuvimos un show de las animadoras, unos PARACAIDISTAS CAYENDO DEL CIELO AL CENTRO DEL ESTADIO, O SEA, ¿HOLA?, y luego un hombre cantó el himno de EEUU mientras un montón de aficionados salían al campo y levantaban una bandera gigante del suelo y todo el mundo la miraba con respeto y poniendo su mano derecha en el corazón. Al final del himno, empezaron a salir fuegos artificiales azules y rojos de al lado de la estatua del caballo, unos aviones del ejército sobrevolaron el campo, y muchos militares, representantes de la marina, cuerpo de policía de Colorado y 1000 historias más salieron al campo, todos con sus uniformes y cada grupo con una bandera de EEUU, y desfilaron a lo largo del campo. Y por último una mujer vestida de vaquera salió montada en un caballo DE VERDAD, era blanco y muy, muy bonito, tal y como el del logo de los Broncos, y galopó por el campo. 




Primero salió al campo el equipo contrario, Chicago (creo), y recibió muchos abucheos y gritos. Tantos que me sentí mal por ellos (Kelly me dijo que los fans de los Broncos no son agresvos, es simplemente que esa es la costumbre en los juegos de fútbol). Cuando salieron los Broncos al campo me tuve que contener para no reírme de lo surrealista que era todo. Se infló un enorme inchable de la cabeza de un caballo con la boca abierta en uno de los extremos del campo, y muchas luces empezaron a enfocar en centro de la boca y de ella empezó a salir humo en plan triunfal. Y el comentarista con voz misteriosa y épica, diciendo cosas como "y ahora el momento que todos estaban esperando, con todos ustedes los únicos, insuperabes..." y todo el mundo gritando como si les fuera la vida en ello. Los jugadores salieron uno por uno por la boca del caballo entre la nube de humo haciendo gestos de victoria muy exagerados acompañados de las presentaciones del comentarista, que los ponía como héroes nacionales. 

El juego finalmente empezó. Es un juego bastante lento porque hacen una pausa literalmente cada 10 segundos y no paran de poner publicidad en las pantallitas, y al final un deporte dividido en 4 cuartos de 15 mins cada uno dura 3 horas o más. Es increíble. Pero a la vez es interesante porque de vez en cuando hacen jugadas muy buenas e inesperadas y todo el mundo se levanta de sus asientos y grita desesperadamente. 

Una de las cosas que más me divirtieron del partido fue que cada vez que la posesión del balón pasa al otro equipo, en todas las pantallas pone "make noise!", y literalmente todo el mundo se pone a dar patadas al suelo y a abuchear para que el equipo contrario no se pueda comunicar bien entre los jugadores y se desconcentren. Imagínate estar en el centro del estadio y tener a más de 76.000 personas a tu alrededor chillando como posesos y golpeando el suelo para hacer ruido. Flipante.

Kelly y yo nos pedimos para comer un perrito caliente ENORME, y una limonada porque nos estaba dando un yuyu del calor. 
Durante el half-time nos cambiamos de sitio con Brian y Madeline. Los sitios del padre de Kelly eran muy buenos, con unas vistas espectaculares del centro del campo, pero los de Brian eran una pasada. Estaban literalmete a 12 filas del campo. ¡¡¡¡12 FILAS!!!! Eso es poquísimo, y más teniendo en cuenta lo gigante que es el campo. Podía ver la cara de cada uno de los jugadores, y los golpes que se daban me dolían hasta a mí. 
tipo aleatorio que nos encontramos y me hizo gracia

Durante el half-time no hicieron nada demasiado emocionante esta vez: las cheerleaders bailaron mucho y muy bien, la chica cowboy salió de nuevo al galope y unos perros hicieron un show con frisbies. Nada comparado con el half time show de la Super Bowl, pero aún así muy americano y entretenido. 

El partido se reanudó y esta vez Kelly y yo animamos con más ánimos, básicamente porque el sol se estaba yendo y ya no teníamos tanto calor. Delante nuestro teníamos a unos hardcore fans que no se sentaban nunca y nos tuvimos que poner de pie para ver algo, pero lo bueno de eso es que vimos a la perfección cómo los Broncos robaron el balón en el último minuto de manera inesperada y desempataron. Espectacular.

Volvimos a coger el bus muy contentos -sobretodo Brian, porque su equipo había ganado-, y cansados: habíamos cogido el bus a las 12 de la mañana para ir al partido y llegamos a Littleton a las 6.30 de la tarde. Como dijo Brian, "a football game is an all-day event".

Pero no volvimos directamente a casa: fuimos a un pequeño restaurante italiano donde nos encontramos con unos amigos de la familia. Fueron muy, muy simpáticos y nos reímos mucho, y la comida era espectacular, casera y muy buena. Me pedí el plato favorito de Kelly y no me arrepentí, un combinado de espaguetis con salsa de tomate y un albóndiga gigante encima y una berenjena rellena de carne y parmesano. Y al lado, una ensalada italiana. 

Nos turnamos para darnos una larga ducha una vez de vuelta en casa y dormimos muy, muy bien.

Al día siguiente teníamos tiempo de sobra hasta coger el avión, porque este salía a las 10.30 de la noche. Monica hizo para desayunar pimiento verde relleno de huevos revueltos y queso, lo que aquí llaman "chile relleno", pronunciado "chilirriana" (me hace mucha gracia porque he tardado 4 semanas en entender lo que me intentaban decir), smoothie de frutas y más tostadas. 

Nos preparamos para hacer una excursión a Pike National Forest, donde hiríamos "hiking" por un camino muy bonito que hay y veríamos los Aspen trees, unos árboles cuyas hojas cambian radicalmente de color dependiendo de la estación a colores preciosos. La gracia de Pike es que allí los Aspen trees están por todas partes, haciendo el paisaje increíble. 












Después de caminar no sé cuantas millas y admirar el paisaje -cross country me está haciendo efecto, porque ahora no me canso nunca al andar, jajaja- volvimos y nos tomamos el picnic que Kelly había preparado.

Y después ya nada, volver a casa, descansar un rato, coger las maletas y 40 mins en coche hasta el aeropuerto.

Y ese fue mi viaje a Colorado con mi host family, el primero pero no el último, en el que vi 2 de los 4 deportes más importantes de USA, conocí a mis encantadores abuelos americanos y a numerosos amigos de la familia y me sentí increíblemente americana. Este país no deja de sorprenderme y aún no me creo que esté teniendo la inmensa suerte de poder explorarlo y descubrirlo.

¡Esto es todo por ahora! Gracias por leerme, espero que disfrutéis compartiendo mis aventuras.

Lots of American kisses from Boise!
foto muy cute de Madeline de despedida <3

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